domingo, 13 de septiembre de 2009

Sabado



Desperté muy ronca, y tomé mi desayuno. No me cambié la piyama hasta muy tarde. Raramente, había despertado a las 9 am, considerando que lo típico es despertarme a las 11 o 12 am. Me venía un gran día: doctor, crisol y reunión para "trabajar" con amigos :).

Mi mamá se la pasó ordenándome para que me cambie, bañe y lave los dientes. Luego de hacerlo por obligación, y lavarme la cara para simular que me había bañado, ya estaba lista. Oh no, mi madre no lo estaba. Le faltaba la tarjeta del seguro médico, el dinero, la dirección, el nombre del doctor. Estaba algo molesta, me apuró para cambiarme/lavarme/simular bañarme en 7 minutos y se demoró media hora buscando los papeles. Bueno, a las 9:55 am ya estábamos saliendo. Y estaba feliz, pues iríamos a Crisol a no gastar tanto porque tendríamos descuento :).

Cometí el error de salir con un pantalón que no abrigaba nada, NADA. El (in) oportuno viento de Lima mé torturó mientras caminaba por el Jockey Plaza. Me acurrucaba contra mi mami cada cierto tiempo. Llegamos, aún era temprano. Corrí a buscar los libros del plan lector (que son para la próxima semana u.u) y los encontré :D. Me dio un poco de miedo el grueso del libro que leería, pero bueno. Entre mis elecciones compré "7 veces gato" y "Prometeo y su hermana Libertad", que trataré de hacer leer a mi hermano, pues tengo la segunda parte :). Ah, también "Contante y Sonante", de Kate Cann (de éste tengo la 4 parte O.o); "Por favor vuelve a casa", de Christine Nostlinger -tiene puntitos en las o's pero mi teclado no me lo permite-; y por último "Amy, la número siete", de Marilyn Kate.

Eso sin contar el otro libro de mi hermano ("La llave") y dos libros de mi mami. Terminamos de elegir, o tratar de llevarnos todo lo que nos gustaba, e hicimos cola. No había mucha, así que pasamos rápido. Nos hicieron un graan descuento. Al terminar, fuimos a la clínica.

La bolsa de libros desafiaba mi fuerza. Entramos y nos mandaron al segundo piso, por lo que no sufrí tanto. En la sala de espera habían muchos chiquitos, especifico: bebitos de dos o tres años de edad. Saqué " El libro de la Selva" para entretenerme. ¿Sabían que Mowly significa rana?. Mientras, observaba a los chiquitos socializar. Me sorprendí cuando una nena cachetéo a su papá. Esperé como una hora, y el libro selvático aumentaba mi aburrimiento. Una enfermera mencionó mi nombre y fui al consultorio de la mano de mi mamá, esperando que lo que me pasara no fuera nada grave.

El médico era bajo, de 40 años mas o menos, y parecía amable. La consulta fue super rápida, y seis minutos después me ordenaba una endoscopía. Mi mamá parecía preocupaba, pero, en realidad no me parecía algo doloroso, si no algo emocionante. Nunca me he fracturado ni caído severamente, y creía que sería genial. El doctor explicó que me sedarían por completo y me meterían un tubo por la garganta, con una camarita. Aún así, no me tenía miedo.


Al salir del doctor recién empecé a pensar en morir. Sé que estoy exagerando, y que es medio idiota, mas...¿que pása si el celular del médico suena y no me atienden?¿Moriría por alguna hemorragia externa?

Regresamos a Crisol en una combi no tan cómoda porque fuimos paradas. Llegamos al segundo sorteo. Mi madre buscaba un constitución para una prima, y me encontré con Daniel, un tipo de claun. Al momento del sorteo, estábamos algo ansiosas. "0","0","1","0, dijo. Sólo faltaba un o7 para que nosotras pudiéramos ganar. Y era la colección JUVENIL!

No. "1","4". Si hubiera llegado 7 minutos después habría ganado. Pero nooo.

Escogimos otros libros (compré "Padre Rico Padre Pobre...para jóvenes") y ahora teníamos una larga, laaaaarga cola frente a nosotros. Mi madre hizo la cola mientras me entretenía, y nos turnábamos de vez en cuando. Mi papá llegó, y la eterna cola aún no había terminado. Como imaginarán, estaba furiosa. A las 3 pm tenía una reu, y ya eran las 2:10. Terminamos la interminable cola y comimos un helado. Ya felices, fuimos a casa.

Llamé a Vale y le dije que estaría allá a las 4 pm. Comí, me alisté, y fui caminando. Considero que fue una idiotez pues regresaría caminando a casa a las 8 pm, y mis padres piensan que a esa hora corro peligro. Yo también lo creía, pero decidí tomar el riesgo. Además, montar bicicleta con el estómago lleno me marea. Fui caminando y leyendo "Padre...", y creía que Vale, Jorge y Kuayhon ya habrían avanzado algo.

Toqué el timbre y esperé. No llegué con mi típica bicicleta, y subí por el ascensor aunque iba al segundo piso. Valeria me abrió y descubrí que no habían hecho nadita. Hablar de la reunión-trabajo sería demasiado.

Hablamos, reímos, jugamos, gritamos, fuimos a comprar, pintamos, etc. Como estaba ronca, y mi voz es usualmente chillona, cantaba un montón. Sonaba como un adolescente cuando cambia de voz, y ocasioné varias risas :). Cuando le mencioné a Vale mi endoscopía me miró preocupadísima, pero yo estaba de lo más relajada. Al final pedimos una pizza e hicimos el sociodrama actuado para repasar por última vez. Ah, en el sociodrama hago de huaca, es decir, hueca. Esperamos la pizza y la comimos en la azotea, lugar donde también hicimos el trabajo. La terminamos en un 3x4 y limpiamos las manchas de acrílico.

No quería irme sola, así que Vale y Jorge me acompañaron hasta el paradero. Subí algo miedosa y seguí con la lectura de el libro que leí casi todo el día. En casa, saludé a Roosevelt (que se abalanzó sobre mí) y vi Harry Potter 4.




Lloré. Y grité, en la muerte de Cedric Diggory. A veces esa sensación de dejarse llevar es preciosa, especialmente en las películas. Creo que la cuarta película de HP es la mejor :). Mi hermanito llegó de una fiesta y me comí su torta. Cansada, y sin bañarme, fui a dormir.