viernes, 2 de marzo de 2012

Solana


Se llamaba Solana.

Sol y Ana.
O bueno, así le decía yo. 





La conocí como (no) sueles conocer a una chica.

En realidad, la conocí cuando parecía más difícil conocerla de verdad. Cuando el ruido y las risitas agudas afectan la más mínima posibilidad de conversación, y una gran capa de maquillaje/felicidad inunda el ambiente.

Al verla, me di cuenta de que ella también la usaba.
Sin embargo, creo que era la única consciente de su máscara.

Su grupo de amigas estaban allí, haciendo lo que las adolescentes suelen hacer en un parque a medianoche. Risas descontroladas, vasitos de plástico, música pop, y para variar, chicos. El paraíso a los 15 años.

Era curioso, todas reían al unísono, a un ritmo determinado, y ella las seguía, rezagada.

No, espera, es diferente.

¿Cómo lo explico? Ellas saltaban con Bon Jovi, y esa chica volaba con Sufjan Stevens.


Todas irradiaban, de alguna forma, una energía sensual, radiante, algo chillona y (sobre todo) juvenil. La chica también, pero con menos intensidad. Era como si la absorbiera de todas sus amigas, se la untara a la fuerza y lograra hacer parecer que es real. Era...

Era como la resolana. Ya saben, ese fenómeno cuando el sol está brillante(mente) cubierto por nubes, pero aún consigue atacarnos al reflejarse en la arena. Y por eso luego estamos todos rojos sin saber por qué.

Y de ahí vino su nombre. Solana.

Solana.

Intentaba evitar sus miradas llenas de delineador concentrándome en mi libro. Pensarán que soy raro, de eso estoy seguro. Es que...¿Qué hace un chico leyendo Jurassic Park a las 12 de la noche...en un parque? ¿No debería estar en una fiesta, una reu o algo? Eh, sí, quizás. El problema es que no me han invitado a ninguna.

No sé si al final ellas notaron mi presencia, y creo que nunca sabré cómo se me acercó. ¿Un desafío, una apuesta? ¿Lástima? ¿Aburrimiento? ¿Repentina atracción hacia los chicos con lentes? No sé. El punto es que de repente, la chica con/sin máscara estaba a mi lado.

¿Qué rayos? ¿Qué debía hacer? Ella no hablaba, más bien, creo que se esforzaba por permanecer en silencio. Y yo...yo seguía intentando concentrarme en mi Jurassic Park. Sin duda, muy difícil. La curiosidad y la testosterona ya carcomían mis funciones mentales.


Un hola tímido se deslizó por sus labios. Sonrió, y me dejó descubrir un mechón azul. Era, sin duda, bonita. Hasta guapa, si la observabas bien.

Hola, le respondí. Hormonas, cállense. Lo sé, es linda. Rayos, no. ¡Cállense! 

Oh no, me parece que seguirá hablando. 
Oh no doble. Se ha dado cuenta. Me está mirando raro.
Rápido, di algo interesante.

¿Sabías que el vuelo de las abejas es prácticamente imposible, según las leyes de la física?

Ok. Mala, terrible idea. Ahora me mira más raro, me escrutina con sus pupilas. Ya fue, ya fue todo. Regresaré a casa, terminaré Jurassic Park, simularé que esto nunca sucedió y ...


Sí, si sabía, dice Solana, con una sonrisita.





2 miaus:

Anónimo dijo...

rfedwsfda emoción, estaba extrañando este blog.<3

D. dijo...

owww gracias romina! wflskkjlfdskjldsj exitooo