domingo, 2 de agosto de 2009

Cocacola y pesadillas

¿Alguna vez han dormido con la mano en el corazón?¿Tuvieron pesadillas? ¿Despertaron jadeando, desesperados? Yo sí, pero siempre supuse que era por otros motivos. Hasta hoy.

Llegué a casa agotada. Me había acostado a las 4 am y levantado a las 9 am, lo cual no beneficia mi estatura. Así que para tener mis ocho horitas, dormí con mi mamá. Ella creía que vivíamos en Cerro de Pasco por lo que me pedía mantitas y más mantitas. El punto es que las donamos asi todas. Y las que no se usan en Pisco o alguna zona de friaje, están sucias : por mi perro o por mi baba (o de cualquier otra persona). La mayoría de veces por Roosevelt. Sólo encontré edredones que creía que nos sofocarían. Mamá, con lo "ingeniosa" que es, levantó el edredon de su cama para dormir sin desarreglar la cama. Es una buena táctica si no me habría sentido como un caracol allí. Es cierto que hacía mucho menos frío, pero me encogía. Según mis amigos, cuando me encojo parezco mucho más pequeña de lo que soy, y eso no favorece mi autoestima. Me arrepentí de no salir al parque como mis primos por el lindo sol que hacía, y a pesar del frío que competía con el sol en mi casa, me entregué a Morfeo. Encogida, desperté a las 5 pm.

Sudando. Mi buzo negro de hace dos años estaba mojado gracias a mi sudor. Empecé a recordar que me había pasado. Había soñado. O algo parecido. Soñé que estaba pasando por mi pasadizo, y caminando me agacho para ver algo que estaba justo al lado de la puerta de mi dormitorio. Era un cerdito. O algo parecido. Sentía que estaba poseído por el diablo y movía los ojos a lo Chuky. Me aterrorizé. Entré en pánico, como usualmente hago en estas ocasiones. Grité, con toda mi alma, como si me entregara en el grito. Me sentía patética. Luego, ya saben lo que pasó.
-imagínenselo en pequeño y más aterrador-

Al rememorar el sueño, me reí. Es que es estúpido dejar que un cerdo te lastime, o asuste. Como sea, me cambié a la piyama y dormí otra vez. Aún estaba encogida, lo cual descubrí no me sirve para calentarme mucho.

Y me atacó el segundo sueño. Estábamos en una playa que ya había soñado anteriormente. Era bonita y se parecía al malecón de Miraflores. Éste era mucho más verde, y tenía un acantilado más pronunciado. Además, aún más hermoso. Precioso. Perfecto para pasar un día en un campo-playa. Había ido con mi familia (qué es numerosa), pero sin mis padres. Sucedía algo extraño allí. Veía miles de cadáveres. Encima de los árboles, en las piscinas, en el mar. Tirados en el suelo, sin nadie a su lado. Y en medio del parque principal, vi un corazón. No los de fantasía, sino uno real, que podríamos sacar de cualquiera de nosotros. Aunque no estaba conectado a ningún cuerpo humano, latía imparablemente. Sé que algo más pasaba con ese corazón, pero se me perdieron varios detalles al venir a escribir. Le pregunté a un primo porqué habían tantos cadáveres en ese lugar, y me dijo que no los moleste ¿Qué droga había consumido para tener ese sueño? Ni idea. ¿Me hizo más macabra*? Quizás.


De la nada, truenos interrumpieron nuestra salida. El cielo celeste se volvió triste en pocos segundos. Arrasaba mucho peor que un tornado. Destruía el mar, y amenazaba con matarnos. Como imaginan, estaba asustada. Todos corrían y esperé a que mi hermano salga del mar lleno de cadáveres para irme, y al perro de mis primos parecido a una oveja (que rodeaba la zona) para huir. El tornado se acercaba más a mí, y cada vez me aferraba más a la sábana encima mío.

Después de esto, no recuerdo mucho. Sólo que encontré a una prima mía tratando de ligar con unos tipos de su grado. WTF? Ella es pequeña. Y también la visualicé mencionando los chicos con los que había intercambiado saliva, en esas palabras. Otro detalle: En este sueño era Navidad.

Otra vez interrumpí mi viaje a la ciudad de las pesadillas. Mi boca estaba seca, tal vez gracias a lo derramado en la almohada durante el sueño. Me cambié (otra vez) y toqué guitarra como loca. Luego de desfogar mi rabia y energía allí al punto de que me dolían los dedos, mi hermano me dijo que pediríamos bembos.

¡YEE!

Por alguna alianza injusta, le tocó la Bembos más grandes. Me calmaron (tengo complejo de abogada) y comí una junior, con la promesa de que la próxima vez yo comería la Bembos más grande. Aún tengo hambre.

*Domina

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* : Macabra suena a mamá cabra. No quería arruinar el tragicómico relato.