lunes, 19 de octubre de 2009

Bicicleta



Quiero seguir acariciando las sábanas, pero el grito que me llama a desayunar se hace más fuerte. Es casi mi dia final de vacaciones, y merezco disfrutarlo. Por primera vez estoy desobedeciendo las reglas en esta semana, y decido quedarme en la cama hasta que me obliguen a despertarme. Medio dormida, escucho un alarido. No se me pasaba por la mente que algo truncaría mis planes.

¿Y LAS BICICLETAS?- grita mi papá. Puedo oír sus pasos en la cochera del primer piso. De repente mi sensación de relajación se convierte en temor y mi flojera se va en pocos segundos. Corro hacia el balcón, y el escenario no podría ser más alentador. Ni un rastro de las bicicletas, y en la evidencia consigo ver las cadenas que las sujetaban cortadas por la mitad. Mi mamá me mira preocupada, y conozco su terquedad. No va a dejar las cosas así.
 


Diez minutos después todo el edificio se encuentra reunido en el recibidor, además de los vigilantes de seguridad que supuestamente, debían estar cuidando mi casita. Escucho a mi mamá quejarse por que ya no se puede vivir en paz, que estamos en peligro. Me parece muy raro, pues sabían exactamente como llegar a mi casa. Cortaron el circuito eléctrico de la puerta principal, y las cadenas. Cabe la posibilidad de que alguno de los vigilantes este ayudándolos, pero...¿Cuál de ellos?. No podría creer que alguno de los señores amables que veo por las mañanas sea capaz de violar la privacidad ahora disminuida de mi casa. Los ladrones salieron tranquilamente por la puerta principal. Al abrir la puerta, dejaron salir a Roosevelt, que podría haberlos atacado si habría estado dentro de el corral con las bicicletas. Pero estaba afuera, y nada lo paró para salir.



Por una parte, me alivia que Roosevelt haya estado afuera del corral. Tiemblo con la posibilidad de que lo habrían envenenado o algo similar. Y regresó milagrosamente algunos minutos después de que la junta improvisada haya empezado. Mamá llamó a el serenazgo para hacer una denuncia, y se supone que están investigando a todos. Bah, yo sólo quiero mi bici devuelta.

La verdad, no me importan las bicicletas. Al principio me sentía insegura, pues si no estoy segura en mi hogar...¿dónde lo estoy?. Luego encontré la única causa de mi preocupación: que Roosevelt se haya escapado. Para mi suerte, regresó, y con eso me basta y sobra. No entendía todo el alboroto de abajo. Igualmente, las bicis eran antiguas, estaban sucias y hacían ruidos molestos al usarlas.

Finalmente, sólo hay alguien que sabe quién es el culpable. Ése es mi perro, Roosevelt. Y este enigma seguirá sin solución hasta que consiga un traductor de perros. A JAPÓN!




Riéndose,

*Domina


PD: Mi etapa de bloqueo no duró tanto como lo esperaba. He tenido bastante de que hablar recientemente, así que..chau pared! Aparte de eso, colocaré un aviso virtual de la bici. La mía era azul y plateada, marca Best, cuyo asiento no se acomoda correctamente y se desajusta al toque. Además, la bicicleta chirria mucho. La de mi hermano era...y es amarilla, compacta y bonita. No me acuerdo que marca, y si ocasionalmente las ven, avisen :)

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Fotos tomadas de  Flickr muy muy fabulosas que se encuentran en este post :). Y la lista de usuarios que las tomaron...en orden.