sábado, 20 de noviembre de 2010

Tengo que dejar de huir


En el momento en el que me subí a esa motocicleta, tres cosas vinieron a mi mente. La primera fue la rabia que le tenía a mi padre en ese momento; supuse que si algo me pasaba, mejor. La segunda fue que dejaba una vacante quemada en la universidad. Y la tercera, por supuesto, fue él.
Supongo ahora, que lo quería en realidad, era que algo malo me sucediera. Aunque en ese momento lo único que se me ocurría era escapar de todos. Escapar de mi papá, escapar de él, escapar de los buenos amigos y escapar de mi. Pero al punto, mujer, ¿De qué hablas?


Todo comenzó en un momento de aburrimiento en el que no tenía nada mejor que hacer y comencé a discutir fuertemente con mi papá. No me acuerdo bien el porqué pero ese era el hecho central. Lo odié en ese momento y le juré que si seguía abrumándome, me largaba. Como era de suponer, el hombre no me creyó y siguió con ironías y bromas apuntándome hacia la puerta diciéndome que si quería hacerlo que lo haga, que total bastantes cosas ya había hecho.
Lo miré con rabia. Tomé mi nextel y llamé al primer contacto que aparecía como últimas llamadas recibidas o hechas. Lo alerté y me contestó la alerta.
“Ven ahorita mismo, trae tu casaca de cuero y ven con la moto.” Le dije.
“Está bien, flaca.” Me dijo él con un tono de voz de sonrisa soberbia.

No pasaron más de diez minutos y él ya estaba en la puerta de mi casaca, tocó el timbre y le dije a mi papá, “ Me dijiste que me vaya, me voy.”

Me subí a la moto con “mi amigo” y escapé.
“¿A dónde vamos?” Dijo él.
“A ningún lugar, no pares.” Le contesté poniéndome atrás de él y abrazándolo.

Entonces ahí estaba yo. En una moto, con un chico peligroso, y con la cabeza dándome vueltas. Pensando en todas las cosas en las que estaba metida, en todo lo que había hecho, en todo lo que dejaba. ¿Fui muy impulsiva? No lo sé. Supongo que siempre lo he sido, nunca me quedo en la espera de las cosas, aveces creo que la vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
El “bad boy” paró la moto.
“¿Qué fue?” Le pregunté un poco mareada y con la mirada perdida.
“Quiero acercarme a ti.” Me dijo poniendo sus brazos alrededor.
“Me gustaría, pero no soy de las personas que se acercan.” Le dije sonriendo con ironía.
“Deja que yo me acerque,entonces.” Dijo moviéndose lentamente hacia mi.
“Lo siento, tampoco soy de las personas que dejan que se le acerquen. Soy así.” Le dije alejandome
“Mira flaca, no te hagas la difícil con un hombre que es difícil.” Dijo.
“Me lo hubieras dicho antes, justo esa es mi situación ahora. Pero no contigo.” Le dije acercándome a la moto. “¿Me regresas a mi casa?”
“Quien te entiende loquita. Pero bueno pues, seré tu esclavo por hoy.” Dijo riendo.
“Lo que sea.” Le dije
“No tienes idea de nada, loquita…” Me dijo
“No. La vida es algo incierta para mi. Como un juego japonés, nunca sabes que es lo que esta pasando realmente.” Le dije tocando la moto. “¿Ahora sí me llevas?”
“Como gustes.” Dijo.

Volvimos a mi casa, mis padres no me dirigieron la palabra, fui a mi cama y caí rendida.
“Tengo que dejar de huir”, dije antes de dormir y después de comer un par de galletas.

*Maafer G.
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Gracias por los 80 seguidores, son perfectos. Los dejo con una buenasa: So here we are de Bloc party.

2 miaus:

D. dijo...

Es interesante tomar riesgos. Afortunadamente, el bad boy no fue tan malo.

Frida Kahlo dijo...

:(