martes, 12 de abril de 2011

Tan real.


Me dijo que lo espere a las diez, yo... yo estaba sumamente nerviosa. Sentía perfectamente como yo comenzaba a jugar con mis manos y cómo mi estómago comenzaba a hacerse un nudo ante los pensamientos que ponía en mi cabeza, mi mente reproducía escenas y escenas sobre lo que podría pasar y podría no pasar. Esta relación estaba perfecta hasta ahora, sin embargo, había algo en mí que no podía entender. ¿Lo estaba necesitando?


Los nervios volvían a mí, ya habían pasado algunos minutos y yo no sabía qué hacer. Revisé mi cabello una vez más y lamenté no haber comprado ese perfume que tanto me gustaba. (¡Rayos, si tan sólo lo hubiera comprado!) Revisé mis uñas, revisé mi pantalón. No, no había ninguna imperfección, pero lamentablemente, tampoco me consideraba perfecta. De pronto lo veo, ahí estaba él. Mi corazón extrañamente comenzó a latir más fuerte y yo miré hacia abajo haciéndome la distraída. Él llega hacia mí y sonríe cortezmente mientras sus pupilas se clavan en las mías, me besa y yo comienzo a sentir algo más que un simple cariño, me toma de la mano y yo comienzo a sentir algo más que un simple gusto, me invita a caminar con él y yo comienzo a sentir algo más que curiosidad.


Siempre caminamos juntos, siempre me abraza y siempre me observa detenidamente todo el camino hasta que yo le suelto un "¿Por qué me miras tanto?". Pero esta vez no, esta vez soy yo la que la que lo observa. Esta vez soy yo la que observa detenidamente cada movimiento suyo, cada mirada, cada expresión. Y mientras va pasando el momento, siento que más quiero observarlo.

Terminamos el día y me lleva a mi casa. Callada voy en mi mente deseando que los días no tuvieran horas y las noches no tuvieran que terminar en una despedida. Nos acercamos a mi puerta y comenzamos a hablar de todo, como si ambos hubieramos deseado lo mismo en silencio. Se aproxima a mi y me besa denuevo, mientras voy perdiendo la cuenta de sus besos repartidos por el día de hoy.

Abro la puerta de mi casa y entro directamente a mi cuarto, cierro la puerta con mi espalda apoyada en ella y voy bajando lentamente al piso. Pienso en todo lo que pasó en el día y en lo que había prometido antes de comenzar a quererlo, no me permitiría enamorarme. No una vez más porque yo ya sabía en que termina realmente el amor. Pero, esto era tan diferente, era tan real.


*Maafer G.

3 miaus:

galmar dijo...

me encanta la estrellita de la barra de direcciones :)

Fereschevere dijo...

preciosa chulls casi lloro.
sabes que eres mi bloguera favorita che.
ly.

sincerely yours,
the duchess

África dijo...

Buuag IMPRESIONANTE! :)
Me gustó mucho^.. saludos! ^^