sábado, 27 de junio de 2009

Mosca



Las arverjas de mi plato no quieren moverse de su sitio. Mi tenedor juguetea de lado a lado con los arroces. El atún quiere hacerme creer que es mi pecesito Goldy para que no llegue a mi tubo digestivo. Les hago caso, y los dejo siendo muertos-vivientes.

Hace una hora no habría desperdiciado ese plato. Mis manos habrían sucumbido al hechizo olftativo-degustativo de la comida. Mi tenedor habría terminado en el suelo, y yo exhausta, completamente llena y con fuerzas para echarme en la cama a No-estudiar. Pero no. No se me apetecía el jugo de maracuyá, así que lo deje reposando como la mezcla suspensión que es y me serví un vaso de agua. Arremetí contra todo lo que podía, mientras Roosevelt ( que debería comer Ricocan ) merodeaba los alrededores. Seguí con su mirada cada arroz que ponía en mi boca. Al final siempre lograba convencerme de darle por lo menos 2/15 de lo que comía. He probado el Ricocan, y, créanme, no es nada rico.

Sigo. Terminé el vaso de agua, y, como no quería levantarme, tomé el jugo de maracuyá. No puedo decir más, estaba riquísimo. Traté de llenar mi boca con ese líquido celestial. Paro, y respiro. Miro el vaso.

Grito. Una mosca. Una mosca, sí, en mi jugo. Jugo de maracuyá supuestamente limpio. Me tildarán de cochinofóbica, pero empezé a gritar el nombre de quien hizo el jugo. Me dio asco asco asco. Por dos. Grité tan fuerte, que todo el edificio me escuchó. Mi tía bajó a ver quién se había muerto, o por lo menos, qué había pasado. Me vió y me preguntó : Domi, que pasa? por qué gritas?

Yo respondí, de una forma demasiado relajada y a la vez colérica. Tíita, es que encontré una mosca en mi jugo, y estaba a punto de tomármelo, y y y...AJJJ! Ella sabe mucho de animales, o lo que sean esas cosas llenas de suciedad, y me contó que contenían una buena cantidad de ácido fólico, necesarias para el hombre. Aunque trataba de calmarme, no podia quitarla imagen de esa mosca bañada por mi rico jugo naranja. Mi única esperanza es que estas (malditas) se mueren en 24 horas. Wii. Queremos Jugar. Deberían crear un juego de matar moscas para Wii. Yo lo compraría :D. Todo esto me recuerda que hoy también tuve un encuentro insectívoro. Pero fue con una araña. No de las pequeñas, tampoco una tarántula, pero era mediana. Calculado bien, era una araña casera. Una totalmente letal. Otra vez, grité como una niña (y creo que las niñas gritan menos que yo) y voló hacia la otra vida con una de mis sandalias. Cayó, y no pensé entrar otra vez a mi cuarto. Lamentablemente, lo debo hacer, la última vez que traté de dormir en el suelo amanecí lamida por Roosevelt. Y, créanlo, es traumante.

Pues, ojalá que no se encuentren una Mantis Religiosa aparéandose en su almohada. Es amor prohibido :O. Jaaa.

*Domina


* Vale, mejórate!
* Trataba de autodarme esperanzas :)

4 miaus:

Y Griega dijo...

Las mantis religiosas no pueden aparearse. Son religiosas. Es como si un sacerdote se envuelva en coito. O que un abogado defienda un caso con la mentira. Va contra el estatus social (no digo que ninguno de ambos casos no se den). Lo que sí sería de disgusto es encontrar a un par de cucarachas tomando cerveza y danzando al ritmo de Led Zeppelin en la caja de pizza que te envía Domino's Pizza (ninguna relacion con tu nombre).

D. dijo...

Eso es lo que dicen las mantis. No sabes que pasa cuando se apagan las luces. Oh, y lo de los sacerdotes, por favor, el presidente Lugo tuvo un hijo cuando era sacerdote. Que argumentas? :D

Y Griega dijo...

Por eso, haz referencia a mi primer paréntesis. Es cierto que eso puede ocurrir. O acaso has escuchado de un abogado que defienda con éxito un caso usando someramente la verdad incómoda?

Domina, tus hormonas se disparan por doquier. Nunca antes te había escuchado hablar de apareamientos y de lo que pasa cuando se apagan las luces (Mff). Es lógico, es signo de que estás creciendo. Mentalmente, mas nadie habló de lo físico.

D. dijo...

Tengo gripe.

Enfermarte te hace crecer.

x tal que x = en dos meses te alcanzare.
Osi.