jueves, 8 de octubre de 2009

Ella

Ella pasó por la puerta.

De inmediato sentí un afinidad especial con ella. Y de inmediato la reconocí. Hace mucho tiempo que no veía a una de nosotros Sin embargo, ella estaba allí, siendo el centro de atención de todo el bar. Le pedí al mesero una cerveza para que no sospechen, aunque no la probaría. Quería acercarme cuanto antes a ella.

Lucía perdida. Miró de un lado a otro, y se sentó dos sillas adelante mío. Tenía unos 19, y no sabría decir que rayos hacía allí. Su rostro perfecto, níveo y puro contrastaba con la fachada del bar. Sin aplacar mi curiosidad, me levanté y fui hacia su mesa. Sorprendida, abrió sus pardos ojos azulados y entendí que estaba equivocado. Sus ojos no mostraban ningún brillo rojo, ni siquiera un débil carbón. Era una humana. Una humana común y corriente. Pero extremadamente bella, es decir, naturalmente hermosa. No había conocido a alguien que lograra despertar en mí ese interés, sin ser uno de los nuestros . Hablamos principalmente sobre ella, pues yo llenaba cada pregunta con mentiras ,como cuando dije que tenía 23 años, y que mi comida favorita eran las chuletas. Para una "persona" como yo es muy fácil conseguir dinero: no gasto en comida, ni en agua, ni en luz. Mis habilidades servían demasiado, por lo visto.

Sentía el inminente deseo de poseerla, si era posible en los próximos seis días. Era muy difícil, pero su metamorfosis la convertiría en un ser superior, lo que ya encontraba imposible. Un experimento digno, si puedo decirlo así. Obviamente, debía controlarme. Esperaba ayudarla a enfrentar la transformación.

La chica se llamaba Silvia, y había llegado al bar esperando a un amigo que nunca apareció, para mi suerte. Para ese día ya había cenado, y traté de no mirar su cuello cada cuatro segundos, sin resultados. Al parecer, no lo notó. La velocidad de mis ojos no es detectable por personas normales, y agradecí ser un vampiro. Sólo por algunos segundos, claro.

Terminó como lo había planeado. Silvia en mi Harley Davidson a cien kilómetros por hora por la autopista. Su sedoso cabello ahora volaba elegante en el cielo.

¿A dónde me llevas ?- dijo ella, mientras se abrazaba desesperadamente ( o amorosamente) a mí. No me era fácil descifrar las emociones humanas.
A las estrellas.- respondí. Pude notar un brillo extraño en sus ojos, extremadamente parecido al resplandor de la luna. No opuso resistencia, y puso su cabeza en mi hombro. Inexplicablemente, adoré ese gesto.

-----------------------------------------------------------------
Fotos de Flickr. El usuario que la tómo...solito , like always :)

2 miaus:

Aixa dijo...

ohhh wouuu :')

qué bonito, me gustó :D

ten buena semana, beso!

Anónimo dijo...

jaja gracias :D

tu tambien! :)

Soy Domina, pero me da flojera entrar a mi cuenta xD